Génesis y creación según Darwin
Hasta el año 1859, la creación de todas las cosas en mano de un Dios Omnipotente no había sido cuestionada, pero Charles Darwin y su teoría de “El origen de las especies” vino a cambiarlo todo. La evolución llegó para cuestionar lo escrito en el libro de Génesis, donde la creación de todo lo que se conoce ocurre en un acto divino realizado por Dios.
Desde ese momento infinidad de corrientes que ya dudaban de la creación divina, comenzaron a tomar fuerza, pues la teoría de Darwin le estaba diciendo al mundo que el universo no había creado por un Dios organizado y todopoderoso, sino que todo era producto de “la selección natural” y la evolución, incluso el hombre no había sido creado del polvo, sino que era el resultado de su evolución de un mono y que este a su vez provenía de una evolución similar.
La polémica que acompañó la teoría de Charles Darwin, causó el rechazo casi inmediato de un pueblo cristiano que hoy día sigue creyendo en el proceso de creación que duró 6 días y que estuvo en manos de un Dios omnipotente. Pero las corrientes naturalistas que venían gestando una explicación científica a la interrogante ¿de dónde venimos? ¿Comenzó con los cloroplastos?¿Con la vida unicelular?. Vino a tener su respuesta en una teoría evolutiva que asegura que todas las especies vivientes provienen de la evolución de otras más primitivas y comunes.
La teoría de la evolución
Resulta que la propuesta de Charles Darwin era más fácil de entender para muchas mentes de la época. Definía un proceso basado en pequeñas variaciones y la selección natural, que daba pie a transformaciones complejas. Con ello se liberaban de la teología y daban lugar a una explicación científica y comprensible del proceso creativo.
La teoría de Darwin no sólo hablaba de cómo habían surgido las diferentes especies de animales, también incluyó al hombre en la mencionada evolución, y aseguró que el ser humano al igual que el resto de especies provenía de un antecesor común que había evolucionado. Aquí es cuando el mono se transforma en la especie de cuya evolución proviene el hombre. Esta afirmación generó una polémica que hasta el día de hoy se mantiene, todavía se debate sobre el tema en diferentes partes del mundo.
La selección natural
La teoría de la selección natural que salta a la palestra con Darwin, postula un mecanismo de transformación que ocurre en todos los seres vivos para adaptarse a sus condiciones de existencia, lo que supone que ningún ser vivo fue creado como se conoce por un Creador Divino, sino que todos son objeto de una evolución que ocurre para poder sobrevivir en el ambiente que les rodea. Sobrevive el más fuerte y el que mejor se haya adaptado a su entorno.
De la misma manera ocurre con el hombre, una especie como el primate o simio, se va adaptando a su medio ambiente y a medida que va cambiado su entorno, el simio fue evolucionando hasta convertirse en el hombre de hoy. Esta afirmación es la que tuvo una mayor polémica, pues desmiente totalmente al libro de Génesis, donde se puede leer que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, por lo que no se trata de un ser evolutivo que llegó a convertirse en lo que es, gracias a su mismo poder de evolucionar.
Aunque esto ha sido objeto de rechazo por parte de muchos cristianos, hay otros estudiosos que no ven la incompatibilidad entre la ciencia y la fe. Aseguran que La Biblia dan un enfoque divino a la creación con una historia simbólica de lo ocurrido y Darwin con su teoría da un enfoque científico a lo ocurrido durante la creación. Insisten en que ambas teorías deberían de ser complementarias.